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A todas las familias de “el Acosta”, esas junto a las cuales participamos -durante estos últimos años- de la lucha constante en defensa de todos nuestros hijos y de sus derechos (a ser respetados como seres libres y pensantes, a estudiar en un lugar digno y seguro, etc. Hasta el infinito); queremos agradecerles todo el trabajo realizado, todas las horas dedicadas y aun todas las angustias vividas, en fin: todo lo compartido.También queremos desearles –a los que permanecen en la escuela- “toda la suerte” (imagínenlo en francés coloquial), para que puedan ver conseguidos todos los objetivos que todavía no se alcanzaron, pero seguramente se alcanzarán.
Sacando cuentas inexactas (desde Agosto 2002), han sido apenas algo más que cinco años, o sesenta y tres meses, o mil novecientos y pico de días, o cuarenta y seis mil horas, etc., etc..
Mirando hacia atrás, desde las chicas y chicos que ahora egresan y desde nosotros, sus madres y padres, -sin importar cuánto haya durado, cuán interminable haya parecido o qué tan agotadora se haya sentido-, se ve con claridad que fue una etapa trascendente y valedera para ambos: fue la adolescencia estudiantil de ellos, con la que supimos convivir nosotros.
Muchos de nuestros hijos se van de “el Acosta” con una instrucción deficiente y con el sabor amargo de haber conocido la inoperancia y el desinterés por la “educación pública” que ostentan adultos diversos. Pero, simultáneamente, los que se van y los se quedan, aprendieron “cómo no deben ser las cosas” y “que muchas de esas cosas no deben tolerarse en silencio”. Y, de seguro, aprehendieron que el esfuerzo honesto siempre vale la pena.
A quienes no lo han vivido les parece mentira que aun con el pleno apoyo de “los medios” de prensa, después de tanto tiempo, después de tantas reuniones con autoridades locales y nacionales (escolares, ministeriales, legislativas y toda otra clase de influyentes), luego de ‘cortes de calles’, luego de ‘marchas’, luego de ‘tomar’ el edificio propio y hasta la Jefatura de Gobierno de nuestra ciudad; el problema siga irresuelto.
“EL ACOSTA” (sí, con todas las letras en mayúscula, porque lo tiene bien ganado), gracias a sus alumnos y al apoyo de ‘los padres’, ha sido uno de los pocos colegios que –a pesar de todo- no se ha dejado tapar la boca. Siempre ha llamado a las cosas “por su nombre”, ha reclamado, ha denunciado, ha puesto al descubierto la corrupción en el ámbito de la vapuleada “Educación Pública” y –al mismo tiempo- ha trabajado en pos de soluciones.
Todo, a pesar del ‘exilio’, soportando amenazas -algunas veladas, otras no tanto- y aguantándose las represalias –algunas veladas, otras no tanto-.
Por todo eso, hoy nuestros hijos tienen de nuevo para ellos SU querida escuela, han podido terminar el ciclo escolar 2007 dentro de ella y podrán –como los que egresan querían- entregar la Bandera, recibir SU diploma y hacer SU despedida en ella; que los cobijó, como pudo, durante momentos felices o tristes y que les entregó sus rincones para ‘secreteos’ y ‘amoríos’.
El cansancio, la falta de sueño, las discusiones, los desencuentros, las largas horas de café-mate-gaseosas, los mails interminables; nada fue en vano. Las chicas y chicos que egresan ahora y los que egresaron en años anteriores están orgullosos de haber defendido SU escuela. Esto es algo que recordarán para siempre y nunca olvidarán que sus “viejas” y “viejos” estuvieron a su lado, se pusieron adelante para protegerlos e hicieron cualquier otra cosa que fuera necesaria para acompañarlos y cuidarlos.
Esta lucha no ha terminado, los que permanecen en la escuela, por favor, no la abandonen; por el contrario acrisólenla. Nosotros –desde afuera y en cuanto podamos- los vamos a ayudar.
Les deseamos a todos los hijos de “EL ACOSTA” que sean felices y exitosos. Y que lo logren a través del Trabajo, a la luz del Estudio y mientras caminan buscando La Verdad.
De nuevo: buena suerte para todos. De nuevo: gracias por haber permitido que los conociéramos.
Stella y Luis Cristal
(Padres de Mélany “Petita” Cristal; 5to., 4ta., T T , Pedagógico).
