Les cuento que mientras estábamos en la puerta de la escuela, en el día de hoy, llego un vehículo del Gobierno de la Ciudad, que en su techo tenía cargadas algunas butacas del salón de actos. Hicieron la descarga en el colegio, entramos, miramos y no podíamos creer el estado, todo roto y mugriento, con toda la tierra acumulada de todos estos meses en un depósito. Le pregunte al señor, que esperaba para hablar con Papalardo, si había más cosas en Pepirí y me contestó que un montón, pero que todo estaba destruido, es por eso que él quería hablar con Papalardo, para saber si tenía que traerlo igual, sólo por el inventario. Al salir de la escuela, en la vereda, habían quedado 2 apoyabrazos de las butacas, debido al cuidadoso y esmerado traslado que habían hecho. Esos 2 apoyabrazos las tengo yo, para cuando se haga el museo del colegio.
Stella
Comisión de Prensa
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