En la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini están pasando cosas muy graves. Desde la asunción del nuevo rector se avanza hacia la destrucción de un proyecto pedagógico exitoso, que se construyó colectiva y trabajosamente durante muchos años, y que excede el mero plan de estudios. Este proyecto es una manera de educar en una escuela pública abierta, democrática, plural, inclusiva, solidaria y participativa, que a la excelencia académica le suma el respeto mutuo entre todos los integrantes de la comunidad educativa. A ese proyecto se le dio garantía de continuidad en el Acta de Compromiso firmada el 19 de junio pasado por el Rector de la UBA y representantes docentes, estudiantiles y no docentes. Hoy las prácticas represivas son crecientes y alarmantes. Se nombró a dos vicerrectores hostiles al proyecto. Volvió a tomar contacto con los chicos, como tenía prohibido, un profesor sumariado por graves inconductas. Se están aplicando medidas disciplinarias arbitrarias y revanchistas, contrarias a las normas de convivencia preexistentes. Una regente recién nombrada amenazó públicamente a los chicos: "esto ya lo ví en el 73 y después los mataron a todos". Se ha llegado al colmo de denunciar penalmente al presidente del Centro de Estudiantes, a docentes y no docentes. Esta regresión procesista debe pararse de inmediato. Pedimos a las autoridades de la UBA y al Ministro de Educación, responsable último de la escuela media pública del país, que cumplan con el compromiso asumido. Pedimos que abran un canal serio de diálogo y participación de toda la comunidad educativa, incluidos los padres y madres. Sólo así podrá gestarse un consenso sustentable, del cual surjan autoridades acordes con una escuela de excelencia y democrática.
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